El propietario de los Cines Renoir fue reelegido como presidente de la Real Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas el pasado 24 de mayo. La entrevista tuvo lugar tres días antes con motivo de conocer sus valoraciones sobre la política económica del Gobierno en materia cinematográfica.
Pregunta: Usted es partidario de ajustar el IVA del cine al PIB,
¿piensa en una cifra concreta?
Enrique: No se me ocurre ninguna cifra concreta porque lo
que queremos todos es que baje el máximo posible, pero entiendo que debiera
estar en función del PIB de los países de nuestro entorno. El sector cultural
está normalmente entre el 4 y el 7 por ciento. Nosotros lo teníamos en el 8%
antes, entonces tengo que ser realista y sé que el señor Montoro no lo va a bajar de ahí nunca, ni borracho. Me
daría por satisfecho si volviera a como estaba antes, al 8%.
P: ¿Cuál es el margen de actuación de los empresarios a la hora de
incrementar el precio de una entrada tras la subida del IVA al 21%?
E: El margen ha sido muy poco. Hemos tenido que subir una
gran parte por la subida del IVA y eso ha provocado una situación bastante dura
en el sector porque el 21% es una cantidad muy importante. Además existen los
derechos de autor, y entre IVA y tasas tienes un 25%, de forma que por cada
euro de una entrada el 25% se va por ahí. Lo que se ha hecho han sido juegos
malabares porque al mismo tiempo la entrada de cine estaba muy cara, con lo
cual lo que se ha hecho es subir determinadas sesiones el precio de la
localidad (nunca el 25%, desde luego), pero también lo que se ha hecho es bajar
el precio de muchas otras sesiones para intentar compensar. El resultado de
todo esto es que el precio medio de la localidad ahora en España está entre
5’75 y 5’8 euros, que es el que regía hace cuatro o cinco años. También te digo
que habrá gente que diga “Pues yo fui ayer al cine y pagué diez euros”; yo le
contesto “Vaya usted al de al lado, que seguramente paga cinco”. Es un
ejercicio muy sencillo: tú coges la última película de gran éxito, Ocho apellidos vascos, que lleva casi 9
millones de espectadores con 52 millones de recaudación, lo divides y ves que
el precio medio de la localidad es 5’75 euros; algunos han pagado 9 euros por
verla y otros han pagado 3. Y coges la de hace dos años, que era Lo imposible, y sale que el precio medio
entonces era de 7’20, es decir, que el precio medio de la localidad ha bajado.
P: Pedro Almodóvar habló de un plan riguroso de exterminio del cine español, ¿lo comparte?
E: No llego a esos extremos, pero sí puedo decir, y le
doy la razón a Pedro, es que no ha habido medidas positivas, que yo vea. Ni una
sola. Y cuando todo es negativo… pero no quiero llegar tan lejos, a mi me gusta
hablar de las cosas reales, no de las suposiciones. Pero lo real es que estamos
como estamos: que yo vea no ha habido ni una medida positiva excepto una, que
es relativamente positiva, prorrogar la deducción fiscal del 18% en la producción, pero ha sido la prórroga de algo ya existente. Luego no he visto
nada por momentos. Se anuncian cosas, pero… a los hechos me remito.
P: ¿Tiene esperanzas en la reforma fiscal que anuncia el Gobierno?
E: No lo sé, no me atrevo a decir que la tenga ni que la
deje de tener, porque como es una cosa muy misteriosa… Un día el ministro
comenta una cosa, al día siguiente dice lo contrario, al día siguiente vuelve a
decir lo anterior… es decir, es una decisión que está en manos del ministro de
Hacienda y de nadie más. O de alguien más, que será Rajoy, que manda poco más
que él.
P: ¿Habrían cerrado varios de los Renoir si el IVA no hubiera subido?
E: No, no hubieran cerrado. No sé si todos, no quiero
mentir, pero la mayoría no hubieran cerrado.
P: ¿Los Renoir recibieron ayudas públicas para afrontar la
modernización (especialmente la digitalización) de las salas? ¿Cómo afronta una
sala modesta una inversión así?
E: Ninguna. Absolutamente ni un céntimo. Nos endeudamos,
como todo el mundo. No ha habido otro sistema, ningún otro. Pero vamos, ayuda
pública, ni un céntimo. Ni yo, ni nadie que yo conozca; a lo mejor ha habido
alguno, pero conozco a casi todo el mundo, y eso ha sido hecho sobre las
espaldas de la propia industria.
P: ¿Es sostenible un modelo en el que el Estado no subvencione al
cine sino que el cine subvencione al Estado?
E: Eso ha sido siempre así, pero ahora es más notorio. El
tema de las subvenciones es un tema delicado porque son muy pequeñas y parece
que son muy grandes. Cada euro tradicionalmente que ha puesto el Estado en el
cine le ha revertido hasta hace unos años el 2-2’5 por cada euro, y ahora mismo
los cálculos que se hacen indican que está entre los 5 y los 9 euros de
retorno.
Por tanto, no es sostenible,
porque no hay un modelo. Existe una ley, la de 2007, que está todavía sin
desarrollar del todo y que está aparcada porque dicen que ya no vale y desde
hace tres años se nos viene anunciando un nuevo modelo, pero ese nuevo modelo
todavía no está.
P: ¿A qué cree que se debe el progresivo descenso de la asistencia a
las salas que se ha producido en los últimos años si las entradas son más baratas
de media?
E: Esencialmente, aunque no es la única causa, a la
piratería. Juega un papel esencial, y el Gobierno no ha hecho nada
verdaderamente serio y que tenga transcendencia. Poca cosa, poca.
P: ¿Se impone el modelo del centro comercial multisalas a
costa de los cines tradicionales de los centros urbanos?
E: Sí, absolutamente sí. Desgraciadamente, están
desapareciendo las salas de centro de ciudad e imponiéndose otro. Se han
cerrado muchos cines, pero también ha bajado el número de pantallas en los
últimos años. Si no me equivoco, debe andar del orden de unas cuatrocientas
pantallas menos en los últimos dos años.
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